Cosmeticorexia: el riesgo de una piel joven mal gestionada

La adolescencia es una etapa de transformación, autodescubrimiento y, en muchos casos, de inseguridades. La piel juega un papel crucial en la autoestima de los jóvenes, y cuando aparecen imperfecciones, brotes de acné o sensibilidad extrema, la frustración se intensifica.

Muchos adolescentes sufren en silencio los cambios de su piel porque no saben cómo gestionarlos de manera adecuada. Se comparan constantemente con lo que ven en redes sociales, prueban productos cosméticos sin entender su piel y confían más en influencers o amigos que en un profesional cualificado. Esta falta de información y la presión social pueden llevarlos a desarrollar hábitos de cuidado perjudiciales que afecten su piel de manera irreversible.

Las pieles jóvenes: Características y Desafíos

A nivel biológico, la piel en la adolescencia se encuentra en una etapa de alta actividad hormonal. Durante esta fase, ocurren cambios fundamentales:

  • Aumento de la producción de sebo: Los andrógenos estimulan las glándulas sebáceas, lo que provoca piel grasa y brotes de acné.
  • Piel más reactiva: La barrera cutánea aún no está completamente desarrollada, lo que la hace más sensible y vulnerable a agresiones externas.
  • Renovación celular acelerada: La piel joven se regenera rápidamente, pero un exceso de exfoliación o productos agresivos puede alterar este equilibrio natural.

 

El problema no es solo el acné o la piel grasa. Una mala gestión de la piel durante esta etapa puede generar consecuencias a largo plazo, como sensibilidad crónica, piel deshidratada, cicatrices postinflamatorias e incluso envejecimiento prematuro.

Cosmeticorexia: cuando el exceso de cosméticos se convierte en un problema

La cosmeticorexia es un fenómeno creciente en el que el uso excesivo de productos cosméticos se convierte en una obsesión. Los adolescentes, en su búsqueda de una piel perfecta, caen en rutinas interminables y dañinas sin conocer los efectos que pueden tener sobre su piel. Algunas señales de cosmetiorexia incluyen:
 
  • Uso excesivo de productos agresivos como ácidos, retinoides o exfoliantes sin respetar los tiempos de adaptación.
  • Aplicación de múltiples capas de productos en la piel, creyendo que más cantidad significa mejores resultados.
  • Compra compulsiva de cosméticos siguiendo tendencias sin tener en cuenta las necesidades reales de su piel.

 

En la piel adolescente, esta sobreexposición puede comprometer la barrera cutánea, generar inflamación crónica y desencadenar problemas como dermatitis, acné persistente o hipersensibilidad.

Reeducar el cuidado de la piel desde la adolescencia

Es fundamental que los jóvenes comprendan que la piel no necesita un exceso de productos, sino los adecuados para su estado. La clave está en encontrar el equilibrio y respetar el ritmo natural y la sabiduría interna de la piel.

Para ello, es necesario:

  • Diseñar una rutina minimalista con productos esenciales y efectivos.
  • Evitar el uso indiscriminado de cosméticos sin criterio profesional.
  • Priorizar ingredientes que respeten la barrera cutánea y equilibren la piel en lugar de alterarla.
  • Asesorarse por profesionales del cuidado de la piel como somos las facialistas, para poder realizar un diagnóstico facial exhaustivo y personalizado y evitar errores que puedan generar problemas irreversibles.
 

Azala Nerabea: educación y cuidado de la piel adolescente

En Haize Natura hemos creado Azala Nerabea – La piel de mi adolescente, un espacio diseñado para ayudar a los jóvenes a entender y cuidar su piel sin agresiones ni presiones.

Se trata de una sesión de diagnóstico y tratamiento enfocada en adolescentes de 12 a 18 años, en la que:

  • Se les escucha con empatía y sin juicios.
  • Se revisan los productos que han usado hasta el momento.
  • Se diseña una rutina de cuidado realista y adaptada a sus necesidades.
  • Se propone un tratamiento profesional respetuoso con la piel joven.
  • Se les enseña a tratar su piel en casa de manera adecuada y responsable.

 

La piel es un reflejo del bienestar físico y emocional. Un mal manejo en la adolescencia puede tener consecuencias que se prolongan en el tiempo, tanto a nivel cutáneo como en la autoestima.

Si tienes un adolescente cerca, ¡obsérvalo!

Si su piel está irritada, con descamaciones o brotes constantes de acné, si cambia de productos constantemente o se maquilla en exceso para ocultar imperfecciones, es posible que necesite ayuda.

La piel adolescente necesita una facialista que la entienda, la respete y la trate con criterio. Un profesional que guíe y eduque en el autocuidado responsable, evitando errores que pueden comprometer la salud cutánea en el futuro.

La adolescencia ya es una etapa compleja. No dejemos que su piel se convierta en otro motivo de inseguridad.

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